Sería gracioso

Centro TEA Las Catalinas de La Laguna reabre desde el viernes 19 de junio la exposición Sería gracioso. Esta muestra, comisariada por el director artístico de TEA, Gilberto González, ofrece una reflexión sobre la muerte y sobre cómo esta supone una liberación del papel que muchas veces nos toca interpretar. A través de una veintena de obras procedentes de las colecciones de TEA y de los fondos del Centro de Fotografía Isla de Tenerife, esta nueva propuesta expositiva ahonda en la idea de que la conciencia de la cercanía de la muerte permite librarse en ocasiones del espacio de impostura en el que muchas veces transcurre nuestra vida.

Los trabajos expuestos en Sería gracioso, firmados por artistas de la talla de Antonia Bacallado, Sophie Calle, Tiago Carneiro da Cunha, Elger Esser, Marine Hugonnier, Tracey Moffatt, Jorge Oramas, Arnold Odermatt, Ángel Padrón, Laura Gherardi, Diego Vites, Javier Arteaga y Henna Asikainen, reflexionan sobre la ausencia del cuerpo antes de la vida y tras el fallecimiento. Cabe destacar que algunas de las piezas que conforman esta colectiva, como son St.Jacut de la Mer (2003), de Elger Esser; y las tres fotografías de Henna Asikainen realizadas en 2001, se muestran al público por primera vez.

«En 1977 la escritora Clarice Lispector (1920-1977) concede la que sería su última entrevista al programa de la televisión pública brasileña Panorama. A los pocos meses muere de cáncer de ovarios. Tenía cincuenta y seis años. Supuestamente sus últimas palabras fueron se muere mi personaje.

No existen muchas entrevistas con Lispector, en esta, aparece muy presente la pretendida incoherencia lacerante de muchos de sus relatos, que, sin embargo, dejan de serlo en la mente de muchos de sus lectores al convertirse en una certera explicación de la concatenación de sucesos absurdo de nuestras vidas.

El título de esta exposición Sería gracioso, hace referencia a uno de los fragmentos de la entrevista. La escritora cuenta que, tras acudir a una echadora de cartas –una tarotista- esta le augura toda una serie de buenos acontecimientos, tras salir de allí dice:

pensé, sería gracioso que tras esto muriese en un accidente en el taxi que me lleva de vuelta.

En el prólogo de la que también fue su última publicación, la que fue su secretaria y amiga a cargo de la edición incluyó su siguiente cita:

Habrá un año en que habrá un mes en que habrá una semana en que habrá un día en que habrá un minuto en que habrá un segundo y, dentro del segundo, habrá el no tiempo de la muerte transfigurada

La entrevista es ampliamente conocida por los fieles seguidores de Clarice Lispector, hasta el punto de que hoy en día podemos encontrar memes de la misma. En parte porque muchas de sus respuestas parecen convertirse en una serie de maravillosos aforismos, pero también, porque se palpa una enorme e indisimulada incomodidad estoy cansada de mi misma dice tras una pausa. ¿Sabría ella de la cercanía de su propia muerte? Conociendo ahora como transcurriría finalmente todo, no podemos dejar de ver la entrevista con la fascinación de quien cree entender significados ocultos en cada una de sus palabras. Pero resulta aún más hipnótico escucharla decir que está cansada de fingir, quizá se refiriese a ese personaje que le habría tocado vivir – que nos ha tocado vivir-  intentando siempre estar a la altura de las expectativas que otros han creado.

Jorge Oramas (1911-1935) pasa la mayor parte de su vida adulta hospitalizado.  Al igual que su madre que murió cuando él era un niño, estaba enfermo de tuberculosis. Muchos de sus paisajes son aquellos  que veía  desde la ventana del hospital. En su particular visión de los riscos de la por aquel entonces todavía semi rural ciudad de Las Palmas, Oramas narra la vida que sucede, mientras la suya simplemente ocurre sabiendo que debe quedar poco.

Tanto la entrevista de Julio Lerner a Clarice Lispector, como el Paisaje de los riscos de San Nicolás de Oramas es encuentran ante una misma certeza, ya hay poco tiempo para que llegue el breve espacio de la muerte. De forma un tanto brusca Lispector desgrana su vida y su obra, sin impostura, sin concesiones a la vanidad, nombra a su padre, su madre, su hermana y su hijo en relación con la escritura con lo que parecen ser los escasos momentos de intensidad en los que la vida parece estar vigente y no es solo un estar.  Es difícil, sin embargo, entender cuál sería la posición de Oramas, a menudo con cierta grandilocuencia se lee su obra como metafísica solar, pero no dejaba de ser un joven de veinticinco años, quizá aún tenía esa extraña esperanza de que su desenlace tan presente no va a ocurrir.

En la entrevista sólo hay un atisbo de sonrisa justo al final Lispector dice:

Bueno ahora morí, vamos a ver si renazco, pero ahora estoy muerta

Nessun dorma es un aria que Giacomo Puccini (1854-1928) escribe para Turandot. Tras hacerlo muere, la opera queda inacabada. Paradójicamente en ella  Calaf, el héroe cree resolver el enigma que lo salvará de la muerte y lo llevará a desposar a la princesa Turandot. Ella misma creo las pruebas y acertijos que la mantuvieran a salvo de los hombres» [Gilberto González, comisario]